Y la primera vista del mar en este viaje tiene lugar desde Puntarenas, donde cogeremos el ferry en el que, coche incluido, atravesaremos el Golfo de Nicoya para llegar a Paquera e iniciar allí nuestra ruta por las playas costarricenses. Mejor no os cuento nada del camino, increíbles vistas pero caminos de infarto que nos llevan incluso a atravesar el mar con nuestro coche, toda una aventura.Nuestra primera parada es Santa Teresa, un pueblecito costero con un encanto increíble y mucha vida, una mezcla entre lo caótico y el buen rollo que se respira.
Nos adentramos en la naturaleza de nuevo para encontrar el mar y, pocos metros después, llegamos a una increíble playa de arena fina rodeada de verde y prácticamente para nosotras, es como un pequeño paraíso. A pesar del fuerte oleaje, no nos resistimos a darnos un baño de lo más divertido y refrescante.
Continuamos camino a la cercana Playa del Carmen, pueblo del mismo estilo pero con menos magia en nuestra opinión que el de Santa Teresa. La playa es otra maravilla aunque quizá es menos salvaje y por ello no nos impresiona tanto, pero nos regala un atardecer impresionante de esos que tanto me gusta coleccionar.
Tras ver el atardecer, ponemos rumbo a Playa Tambor, que será nuestra casa en los próximos dos días. Un lugar encantador el pueblito de Tambor, situado frente al Monte Cocodrilo, a ver si podéis adivinar por qué se llama así.
Playa Tambor es otra espectacular playa, en este caso de arena y pequeñas piedras, que durante estos días también nos ha regalado algunos atardeceres inolvidables, eso sí, con un cóctel en la mano.
Habíamos hecho los deberes así que traíamos reservada una excursión con la empresa Cabo Blanco Travelers a Isla Tortuga que arrancaba desde el pueblo de Montezuma. La excursión fue un gran acierto ya que nos permitió navegar en un bote por Bahía Ballena (con la esperanza de avistar ballenas, cosa que no ocurrió) y poder contemplar así el Arco-iris de cerca, otra de las maravillas que crea la naturaleza.
Tras un rato muy agradable de navegación, nos zambullimos en el agua para hacer snorkel y contemplar los peces de colores revoloteando a nuestro alrededor. Además, bajando un poco más pudimos ver también un tiburón de arrecife e incluso tuve en mis manos durante un buen rato una estrella de mar que me cogió cariño y pegó sus ventosas a mi mano, sin querer separarse de mí. Llegamos a Isla Tortuga agotados y hambrientos, por suerte Josua y Víctor, nuestros guías, nos prepararon una deliciosa comida local para reponer fuerzas.El tiempo en Isla Tortuga fue fantástico, no era para menos teniendo en cuenta que estábamos en mitad del Pacífico en una isla de vegetación y arena blanca en un día espectacular. Por suerte, además, dimos con unos compis de día muy geniales con los que hicimos piña y nos echamos unas buenas risas.
Nuestro destino tras la excursión, Montezuma, era solo un lugar de paso para nosotras pero una vez más el viaje decidió que no fuera así puesto que teníamos un lugar mágico por descubrir y, por si eso fuera poco, ahora además teníamos allí amigos.El pueblo de Montezuma está plagado de locales auténticos como éste.
La playa de Montezuma es también espectacular y en ella desovan las tortugas cada tarde.
Y por último descubrimos gracias a nuestros amigos un tesoro escondido: la catarata de Montezuma. Un camino imposible para llegar a ella que me ha hecho temer varias veces por mi integridad y sudar la gota gorda pero, una vez he llegado a la catarata y me he podido bañar en ella, incluso colocándome justo debajo de ella gracias a que el camino dificulta la llegada masiva de turistas, ha merecido la pena de lejos.
Iniciamos rumbo exprés por un pequeño error de cálculo en el tiempo para llegar y conseguimos alcanzar a tiempo, por los pelos pero a tiempo, el ferry que nos llevará de vuelta a Puntarenas.Y mi última vista del Pacífico es un atardecer precioso desde el ferry. Muy pronto volveremos a vernos, estoy convencida.
Último día de viaje, ahora no podéis dejarnos solas. No adelanto nada porque dependemos del tiempo terriblemente cambiante de Costa Rica pero os prometo que intentaremos poner un broche de oro a este viaje tan especial.