El día amanece mucho más despejado de lo que prometía así que arrancamos el día con la alegría de no tener que usar chubasquero. Invertimos 3 horas en llegar hasta la entrada al Parque Nacional Tortuguero pero por el camino nos deleitamos con la carretera que conecta la provincia de Limón con San José, única vía de conexión entre ambas y que atraviesa el parque natural Braulio Carrillo.
Costa Rica supone el 5% de la biodiversidad mundial y no es de extrañar viendo el respeto con el que se trata a los tesoros naturales que hay en el país. En concreto, Braulio Carrillo es muy importante para los lugareños puesto que concentra gran parte de la bioiversidad gracias a su gran extensión (lindando con otros parques naturales) y sus diferentes alturas que llegan hasta los 3000 metros sobre el nivel del mar. También es relevante por ser el proveedor natural de la lluvia para San José. Gracias a que sus altas montañas cubiertas de selva forman una barrera natural que separa el Valle Central de la región caribeña, las nubes se forman en él y cuando cruzan a San José descargan la lluvia.
Dejamos atrás Braulio Carrillo para continuar por la provincia de Limón en una carreterita que va recorriendo pueblos y plantaciones de bananos. Hacemos varios altos en el camino, entre ellas para ver alguna plantación que son de lo más curioso.
También tenemos la oportunidad de disfrutar en el camino de algunas otras frutas tropicales como el mamón y el achiote, en este caso no para comer sino para pintarnos los labios ya que el fruto es un tinte natural.
Poco antes de llegar a nuestro destino, nos sorprende un perezoso dormido en un árbol a pocos metros de la carretera. Son unos animalejos muy tiernos que duermen durante 20 horas al día y comen exclusivamente hojas durante las 4 horas restantes.
Y tras tres horas de camino en minibus rodeadas de paisajes verdes y con algún que otro traqueteo, llegamos a La Poveda y allí nos adentramos en bote en el Parque Nacional Tortuguero a través de un canal, única manera de llegar al pueblo de Tortuguero, que linda con el mar Caribe. Y empezamos a maravillarnos con la densidad de la vegetación alrededor, rodeadas por cocodrilos, caimanes, aves de todas las especies, iguanas, monos… Es un lugar increíble que es bastante difícil describir, incluso con fotos, tiene esa magia que es imposible captar con una imagen.
El Parque Nacional de Tortuguero nace en los años 70 para proteger a la tortuga verde, que va a desovar en esta zona. Por ello, de la zona protegida que abarca el parque, solo un 20% es bosque, el 80% restante es playa y mar. Tenemos que dar gracias a la tortuga puesto que sin ella no habrían preservado la zona de bosque que es tan impresionante. Aprendimos mucho sobre las distintas especies de vegetación y de fauna pero probablemente las sensaciones de este lugar serán las que perduren en el tiempo.
Después de recorrer maravilladas durante más de una hora los canales del parque nacional, llegamos al pueblo de Tortuguero. Un pueblito pegado al mar y sin más conexión con el mundo exterior que los canales por donde hemos venido. En realidad se trata de una calle en la que sólo se puede transitar a pie o en bici. Es un pueblo muy humilde de unos 1.000 habitantes dedicados al turismo, no he podido hacer más fotos porque iba maravillada con el lugar pero aquí tenéis una pequeña muestra, incluida la palma del viajero que se encuentra allí y que por razones obvias también me conquistó.
Y por supuesto, el pueblo de Tortuguero va a dar al mar Caribe en una playa de arena fina pero oscura debido a las cenizas del volcán que estuvo activo años atrás. En esta playa es donde la tortuga verde hace el desove entre julio y octubre por la noche cuando no hay ojos curiosos que la observen (o eso se cree ella) y por tanto es un entorno protegido donde no es posible el baño. Puesto que nosotras no hacíamos noche en Tortuguero, no pudimos ver el desove pero si tomarnos una popa, hermana pequeña del coco, mirando al mar Caribe.
Camino de vuelta a San José y mañana seguimos abandonando la ciudad para adentrarnos en más naturaleza.